por MasterTop Lun Mar 09, 2009 1:14 pmRoberto había sido toda su vida empleado en relación de dependencia ocupando altos niveles gerenciales.
Un día decidió abrirse y poner su propia empresa. La cosa ahí se le puso complicada. Ya no tenía el sueldo seguro a fin de mes. Además la empresa tenía sueldos que pagar (entre los cuales estaba el mío) y gastos fijos. Había que generar los ingresos suficientes porque de arriba no venían.
Eso le producía a un stress bastante importante, porque no estaba acostumbrado a esa inseguridad.
Roberto a pesar de ser el dueño de su propia empresa, se comportaba como un empleado en el sentido de que entraba puntualmente a las 9 de la mañana, nunca se iba antes de las 19, se tomaba 45 minutos para almorzar, jamás hacia trámites personales en horario de trabajo, etc.
Una mañana de viernes se lo veía cansado. -Creo que tengo algo de fiebre -me dijo.
-¿Y por qué no te quedaste en tu casa? –le respondí.
Me miró como si fuera un marciano.
-Roberto –le dije –Me parece que te estás equivocando. Trabajar por cuenta propia tiene ventajas y desventajas….y me parece que vos estás tomando solo las desventajas. Macho…vos sos tu propio jefe y para eso te rompés el culo, vivís con stress, no tenés un sueldo seguro, etc. Pero eso también te permite quedarte un día en tu casa sin rendirle cuantas a nadie si no te sentís bien, o si simplemente se te cantan las pelotas. Y si un día tenés que ir al psicólogo a las cinco de la tarde en lugar de a la ocho, también podés. Y si no venís un lunes porque decidiste irte el fin de semana a la costa y quedarte un día más, está todo bien.
A partir de esa charla Roberto cambió un poco su forma tan estructurada de tomar el trabajo y lo disfrutó mucho más, sin por eso perder la responsabilidad que el trabajo requería.
Cuando nos enamoramos a veces nos pasa lo mismo que le pasaba a Roberto con el trabajo. Nos asustamos, nos ponemos a la defensiva y nos olvidamos de disfrutar las cosas buenas.
En este site estamos acostumbrados a ver hombres que se rebajan por mujeres, que por estar con ellas pierden la dignidad y a los que el enamoramiento los está cegando.
De ahí surgen algunas “confusiones” que creo que es bueno aclararlas.
Una relación es para disfrutarla. Sobre todo si estamos enamorados.
Acá se habla mucho de frases prohibidas, de actitudes prohibidas, de amor propio, de ponerse en primer lugar, de no rebajarse, etc, etc. Y sin dudas esos conceptos son correctos.
Pero cuidado que bajo ningún punto de vista está mal enamorarse. Tampoco está mal admitir que estamos enamorados. Y mucho menos está mal decírselo a nuestra pareja cuando es evidente que el sentimiento es correspondido.
.No está mal decir te quiero.
.No está mal decir te amo.
.No está mal hacer un regalo.
.No está mal darle una sorpresa.
.No está mal tenerla sentada arriba tuyo adelante de tus amigos.
.No está mal un día decir “Muchachos, hoy no puedo, quedé con Marcela”.
.No está mal decirle cosas lindas.
.No está mal quedarte haciendo cucharita.
Si no disfrutamos de esas cosas en los buenos momentos de una relación ¿para qué tantas ganas de tener una mujer al lado?
No confundamos al seductor con el baboso, al enamorado con el humillado, al galante con el sometido, al demostrativo con el entregado.
La relación con una mujer es para disfrutarla. De poder lograrlo se trata todo esto ¿verdad?
Vamos chicos…relájense, sin perder el amor por ustedes mismos ante todo, por supuesto.
Un día decidió abrirse y poner su propia empresa. La cosa ahí se le puso complicada. Ya no tenía el sueldo seguro a fin de mes. Además la empresa tenía sueldos que pagar (entre los cuales estaba el mío) y gastos fijos. Había que generar los ingresos suficientes porque de arriba no venían.
Eso le producía a un stress bastante importante, porque no estaba acostumbrado a esa inseguridad.
Roberto a pesar de ser el dueño de su propia empresa, se comportaba como un empleado en el sentido de que entraba puntualmente a las 9 de la mañana, nunca se iba antes de las 19, se tomaba 45 minutos para almorzar, jamás hacia trámites personales en horario de trabajo, etc.
Una mañana de viernes se lo veía cansado. -Creo que tengo algo de fiebre -me dijo.
-¿Y por qué no te quedaste en tu casa? –le respondí.
Me miró como si fuera un marciano.
-Roberto –le dije –Me parece que te estás equivocando. Trabajar por cuenta propia tiene ventajas y desventajas….y me parece que vos estás tomando solo las desventajas. Macho…vos sos tu propio jefe y para eso te rompés el culo, vivís con stress, no tenés un sueldo seguro, etc. Pero eso también te permite quedarte un día en tu casa sin rendirle cuantas a nadie si no te sentís bien, o si simplemente se te cantan las pelotas. Y si un día tenés que ir al psicólogo a las cinco de la tarde en lugar de a la ocho, también podés. Y si no venís un lunes porque decidiste irte el fin de semana a la costa y quedarte un día más, está todo bien.
A partir de esa charla Roberto cambió un poco su forma tan estructurada de tomar el trabajo y lo disfrutó mucho más, sin por eso perder la responsabilidad que el trabajo requería.
Cuando nos enamoramos a veces nos pasa lo mismo que le pasaba a Roberto con el trabajo. Nos asustamos, nos ponemos a la defensiva y nos olvidamos de disfrutar las cosas buenas.
En este site estamos acostumbrados a ver hombres que se rebajan por mujeres, que por estar con ellas pierden la dignidad y a los que el enamoramiento los está cegando.
De ahí surgen algunas “confusiones” que creo que es bueno aclararlas.
Una relación es para disfrutarla. Sobre todo si estamos enamorados.
Acá se habla mucho de frases prohibidas, de actitudes prohibidas, de amor propio, de ponerse en primer lugar, de no rebajarse, etc, etc. Y sin dudas esos conceptos son correctos.
Pero cuidado que bajo ningún punto de vista está mal enamorarse. Tampoco está mal admitir que estamos enamorados. Y mucho menos está mal decírselo a nuestra pareja cuando es evidente que el sentimiento es correspondido.
.No está mal decir te quiero.
.No está mal decir te amo.
.No está mal hacer un regalo.
.No está mal darle una sorpresa.
.No está mal tenerla sentada arriba tuyo adelante de tus amigos.
.No está mal un día decir “Muchachos, hoy no puedo, quedé con Marcela”.
.No está mal decirle cosas lindas.
.No está mal quedarte haciendo cucharita.
Si no disfrutamos de esas cosas en los buenos momentos de una relación ¿para qué tantas ganas de tener una mujer al lado?
No confundamos al seductor con el baboso, al enamorado con el humillado, al galante con el sometido, al demostrativo con el entregado.
La relación con una mujer es para disfrutarla. De poder lograrlo se trata todo esto ¿verdad?
Vamos chicos…relájense, sin perder el amor por ustedes mismos ante todo, por supuesto.